Luego de la inhumana decisión de la Corte Nacional de Colombia, C-055 de 2022, que declara la despenalización del aborto hasta la semana 24, es decir hasta los 6 meses de gestación del bebé, el colectivo Déjalo Nacer – Colombia anunció una gran marcha nacional por la defensa de la vida. Este evento que promete movilizar gran parte de ciudadanos colombianos en distintas zonas del país cafetero ha sido programado para el domingo 27 de febrero, en protesta del terrible y nefasto fallo de la Corte Constitucional.
Distintos grupos y medios informaron de esta tragedia como un logro o un avance de los derechos humanos, olvidándose que se está dando carta libre de asesinar a un indefenso en el vientre de su madre.
Por su parte, en entrevista a ACI Prensa, Jesús Magaña, presidente de plataforma Unidos por la Vida, indicó que la marcha será el “domingo 27 de febrero desde las 10 de la mañana. Nos reuniremos en el Parque Nacional y marcharemos hasta la Plaza de Bolívar. Allí nos encontraremos con otra manifestación alrededor del colectivo Déjalo Nacer que hará presencia masiva”.
La gran marcha busca manifestar el rechazo ciudadano al fallo de la Corte Nacional de Colombia que vulnera los derechos del niño por nacer. Ya en el año 2006 la sentencia C-355 de 2006 define de forma jurídica de que el no nacido no es considerado una persona humana como tal (contraviniendo la biología) y, aunque merece protección, esta es jurídicamente distinta a la que se le debe brindar a quienes sí poseen dicho estatus de acuerdo con el ordenamiento constitucional colombiano. En otras palabras, unos tienen más derechos que otros, la desigualdad en su máxima expresión.
Lamentablemente, tener leyes que defiendan al concebido no basta. Actualmente tanto organismos internacionales como colectivos utilizan todos los medios (políticos, legales y sociales) para imponer la agenda de muerte. Forman cuadros de presión, establecen denuncias que lleguen a tribunales constitucionales donde ya tienen a personas que aceptan sus propuestas, y donde no tendrán que convencer a la población, tan solo a la mitad más uno de los que decidirán la muerte o no de inocentes.